jueves, 31 de octubre de 2013

“No descarto la posibilidad de retirarme en Argentina”



Lo afirma el delantero argentino, Matías Recio, hoy jugando en Asia. Además, nos cuenta donde comenzó a jugar, como llego a Deportivo Italiano, sus pasos por Flandria y Sport Cartaginés de Costa Rica, entre otros temas.

 -¿Donde y cuando empezaste a jugar al fútbol?
Empecé a jugar en Estrella Federal, un equipo de barrio. Ahí empezó mi vida con el fútbol.
 -¿A qué futbolistas admirabas de chico?
De chico había varios futbolistas que me gustaban, pero mi ídolo es el más grande de todos: Gabriel Omar Batistuta.
 -¿Siempre jugaste de delantero?
De chico jugaba en todas las posiciones, como lo hacen todos de chicos cuando empiezan. Después,  a partir de los diez hasta los dieciséis años fui arquero. Increíble, pero me gustaba “volar” para todos lados. La verdad, me sentía muy bien en ese puesto. Recuerdo que los amigos de la escuela y del barrio me elegían siempre para que ataje en los torneos. Se peleaban por elegirme, no sé si porque era bueno o porque me querían (se ríe).
 -¿Como llegaste a Deportivo Italiano?
Yo jugaba en Atlético Uruguay de Entre Ríos, en el Argentino “B”, con cual habíamos perdido con Súnchales, por los Octavos de la final, el ascenso al Argentino “A”. Pero, igual realizamos una gran campaña. El destacado nivel que tuve en ese certamen, genero que mi representante, que en ese momento tenía un convenio con Atlético y Deportivo Italiano, me propusiera la chance de ir a Buenos Aires para jugar en el equipo tano y ni lo dude.
 -¿Cuando debutaste en Primera y de la mano de quien?
 Había debutado en México, en un equipo que se llama Albinegros de Orizaba. Después, volví a la Argentina y jugué el Argentino “B”. Luego, me fui a Deportivo Italiano, un equipo profesional, en el cual me hizo debutar el DT  (Rodolfo) Della Pica, enfrentando a Temperley, en la cancha de Estudiantes de Buenos Aires, partido que ganamos dos a uno. Me acuerdo que toda mi familia está mirando el encuentro por tv, y que el estadio había mucha gente. Además, recuerdo que perdíamos uno a cero al cabo del primer tiempo, pero al inicio del segundo tiempo, el Tano Distefano empata las acciones, y esto provoco que Della Pica me mandara, junto con Crespín a “calentar”, y este me dijo: “Mati, seguro vas a entrar. Pensa que están tus familiares mirándote en Rosario. Ponelos felices, entra y rompela”. Luego, me llamo el entrenador y me dijo:” Bueno, Matías, entra y hace lo mismo que realizas en los entrenamientos”. Más tarde, ingrese y tuve la suerte de hacer el gol de la victoria.
 -¿Que destacas de tu paso por Brown de Adrogué y Flandria?
Fui a Brown porque el Director Técnico que estaba por ese entonces me pidió. Me decía que me iba a utilizar. Pero jugué un partido, y en ese pleito entre en los últimos diez minutos. Igualmente, hice muchos amigos, con los cuales después estuvimos juntos en Flandria.
Por otro lado, al Canario llegue después de estar seis meses entrenándome solo, pero con muchas ganas de meterle, porque como siempre, entregue todo. En relación a mi paso por el conjunto amarillo, la verdad, no me puedo quejar, porque jugué muchos partidos, pese a que había delanteros de mucho renombre.
En algunas ocasiones jugaba de delantero de área, y en otras oportunidades, por afuera. Por otro lado, rescato el cariño enorme de la gente y de la dirigencia de ese momento, porque hasta el día de hoy me escriben con palabras de mucho afecto y cariño, y eso es lo mejor que te puede pasar.
-¿Cómo surgió ir a jugar a La Paz de Bolivia?
Los mismos representantes que me llevaron a Flandria, y por intermedio de otro empresario, me salió la posibilidad de irme a probar a Bolivia. En ese país, estuve entrenado en el The Strongest, donde hice la pretemporada y me decían que me habían hecho un precontrato. Estaba feliz, pero de la noche a la mañana me dijeron que habían arreglado con otro delantero, así que imaginate como estaba, “se me vino la noche”.
Pero, gracias a un amigo argentino, que estaba en ese momento en  el equipo aurinegro, Alejandro Mena, me abrió las puertas de su casa para que me quede, y le pregunto a la gente de La Paz Futbol Club si necesitaban delantero. Luego, después de jugar algunos partidos amistosos en Perú, donde el Cienciano me quiso contratar, termine de sellar mi vínculo con el elenco de la capital de Bolivia. Por otro lado, lo mejor de todo de lo que viví en ese lugar es que ahí conocí a mi mujer, que me acompaña y está conmigo en todo momento.
–Jugaste un tiempo en Sport Cartaginés de Costa Rica, ¿cómo es el fútbol allí?
El primer año que llegué a Costa Rica fue al Cartaginés, una institución muy grande, donde debute como zaguero central ( sonríe), porque me acuerdo que no había defensores y como nadie quería sacrificarse, el DT  me dijo: “ Matías, vos tenes mucha experiencia, ¿ no nos podes ayudar en esa zona?”. Ni lo dude, porque yo quería jugar como sea, en cualquier posición. Me decían de arquero y también atajaba, no había problema.
 Por otra parte, previo al partido, hicimos un entrenamiento y la rompí, hasta salve dos goles de la línea. Después, en el día del encuentro, iban 30 minutos  y perdíamos dos a cero y me culparon a mí por el resultado parcial. Posteriormente, cuando termino el primer tiempo, me sacaron. Esto genero que me agarrara una locura y quisiera retirarme. Además, cansado de algunas mentiras, nos pusimos un restaurante con mi mujer, pero fue ahí donde mi “jermu” y un representante panameño, actualmente amigo mío, me dijeron; “Matias, ¿de verdad queres dejar el fútbol? Si vos lo amas”.
Más tarde, mi amigo me dice: “Te vinieron a buscar de Puerto Rico para jugar”. Pero, más tarde, me llamo el preparador de arqueros del Cartaginés y me expreso: “Matías, escucha, hay prueba en Paraíso, que queda a 15 kilómetros de Cartago. Asimismo, ellos te quieren ver”. Así que, fui y anduve bien, porque me contrataron. En ese equipo jugué 30 partidos e hice 26 goles.
En ese momento, Paraíso, que estaba en la Segunda División, y peleamos por ascender a la Mayor, pero perdimos la Semifinal con el Saprisa “B”. Por ese entonces, ya estaba adaptado al fútbol de ahí, un fútbol duro, con mucho juego aéreo, aunque también hay equipos que juegan muy bien como La Liga, Heredia y Cartagines.
 -¿Cómo se concreto tu llegada al fútbol de Asia? ¿Te costó adaptarte a otro país, idioma, costumbres?
Estaba entrenado en un equipo de jugadores libres en Rosario, y me llamo un representante de Buenos Aires pero ver si quería irme a probar a Indonesia. Ni lo dude y le comente al él: “Vos me mandas a cualquier lado y yo voy no tengo problema”. Luego, al llegar a ese país, me sorprendí de todo: desde el idioma, que yo con lo justo hablo español, no te podes imaginar cómo era charlando en ingles, creo que decía “hello” no más.
Al otro día de haber llegado a ese lugar, nos mandaron hacer un entrenamiento de fútbol. Imaginate lo que era yo adentro de la cancha después de un viaje de 40 horas, robocop, un poroto al lado mío. Finalmente no deje  una buena imagen. Después, me llevaron al Persita Tangerang, en Yakarta. Estuve un mes a prueba, donde todos los días había amistosos, para después firmar.
 Por otro lado, no le entendía nada al DT. La verdad, a ninguno de los que integraban al plantel, porque me hablan en indonesio y no entendía nada, y en ingles menos. Deci que en el equipo había un chileno, Luis Edmundo Duran Riquelme, un fenómeno, un amigo la verdad, que me traducía todo y me ayudo muchísimo a mí y a mi esposa con respecto a la adaptación.
 Por otra parte, ahí tuve la desgracia o la suerte, no sé cómo llamarlo. Porque me agarre tifus y malaria. Perdí 10 kilos con esa enfermedad, estuve diez días internado, pero a las cuarenta y ocho horas de haber salido del hospital, el entrenador, que me quería “limpiar”, me dijo: “Matías, ¿estás para jugar mañana?”, y yo, más loco que él, le dije que estaba excelente.
 El día anterior al partido, hicimos fútbol táctico para preparar la táctica para al otro día. Yo no me podía ni mover, me sentía sin fuerzas. Posteriormente, cuando termino el entrenamiento, llegue a mi casa, y en el baño vomite. Luego, me acosté y lo deje todo en mano del más grande, Dios.
 En el día del pleito, fui al estadio, el Director Técnico se reía, porque que pensaba “a este lo saco a los diez minutos, así lo 'limpiamos '”. Pero, no solo jugué ese partido, si no que metí un hat trick. La gente no lo podía creer, y yo, menos. También, recuerdo que la cancha explotaba por la cantidad de personas que había. Ese encuentro fue un sueño.
 Más tarde, después de haber jugado nueve juegos y haber marcado siete goles, me salió una propuesta para ir a Vietnam, y pensé “agarro un arma y peleo la guerra en ese país”, porque cuando a uno le nombran a ese lugar, se te viene a la mente la guerra. Pero, cuando pise suelo vietnamita, me di cuenta que mi concepto era erróneo, ya que es un lugar tranquilo, muy hermoso y últimamente creció muchísimo futbolísticamente. Así que, me fui a probar a SHB Danag, uno de los mejores equipos de ahí, donde conocí a un gran amigo, Nicolás Hernández Bocca, que me ayudo mucho a aprender a hablar en ingles.
Por otro lado, en Vietnam, el mismo dueño de SHB Danag, maneja las acciones de otro equipo, que se llama T&T Hanoi, que queda en otra ciudad, la cual es enorme y tenes todo menos fernet y yerba, algo imposible de encontrar. Por eso, en cada viaje que realizamos con mi mujer para volver a  Asia nos traemos 20 kilos de yerba.
Además, en  Hanoi estuve y compartimos muchas cosas con mi gran amigo, Gonzalo Damián Marronkle. También, con ese equipo salí campeón de la Súpercopa y  dispute la Champions de Asia. La verdad, fue una experiencia muy hermosa. Asimismo, en el continente asiático, casi todas las costumbres son iguales en Indonesia, así que no nos costó mucho adaptarnos a la comida o como “manejarse”. Lo que más me llamo la atención, es el respeto que hay en este país.
En Thailandia jugué en Army United, donde estuve seis meses, jugué tres partidos y metí dos goles. Luego, pase a Khon Kaen, equipo que estaba peleando por no descender, pero gracias a Dios tuvimos una buena temporada e hice goles importantes y zafamos de perder la categoría, que era el objetivo principal. Imaginate los hinchas de ese club lo felices que estaban, y, obviamente, yo también, porque una vez más, con sacrificio y mucho trabajo, salimos adelante.
 También tuve otros grandes momentos en ese sitio, como: la entrega del premio al mejor fair play, en el año y medio que llevo en este equipo salí nueve veces el mejor jugador de la semana, en una ocasión me eligieron como el futbolista destacado del mes, y en la actualidad, queda un partido para que termine el campeonato, y estoy peleando por terminar como goleador del torneo. Así que, la verdad, estoy muy feliz.
-¿Seguís al fútbol argentino? Y ¿te gustaría retirarte en Argentina?
Si, sigo el fútbol argentino. Amo a mi país. Lamentablemente no tuve la suerte de poder seguir jugando en Argentina, porque mi destino fue otro. Pero no descarto la posibilidad de volver, de retirarme o ser técnico ahí.
 –Hasta ahora, ¿que partido que hayas jugado nunca te vas a olvidar y por qué?
Tengo dos partidos importantes en mi vida, que me marcaron, y cada vez que los recuerdo, se me pone la piel de gallina. El primero, fue en Vietnam, jugando para el SHB Danag, cuando enfrente a LS.Thanh Hóa. No solo porque marque cuatro goles, si no porque uno de ellos lo hice de chilena, siendo este el mejor gol del año. Y el otro pleito que jamás olvidare fue en Khon Kaen FC, en un partido decisivo por la permanencia de la división, que teníamos que ganar o ganar y ganamos dos a uno, teniendo la suerte de marcar ambos goles.
Tenes una larga trayectoria, ¿recordas alguna anécdota que hayas vivido en los últimos años?
La verdad, que en tanto años de carrera y tantas cosas vividas, tengo un montón de anécdotas, pero una que se me viene ahora, rápido a la cabeza, sucedió en Indonesia. Luego de haber entrenado, estaba cansadísimo y me estaba yendo del predio, pero nos agarra el DT a mí y al chileno, y nos pregunta: “¿A dónde van”? “A dormir profe, estamos re cansados entrenamos mucho. Queremos descansar”, le dijimos. Y el entrenador nos responde: “nooooooooo, (sic) dormir hace mal, por eso, hay que entrenar mas para que este se recupere”. (Sonrie) Pensa lo que pude llegar a sentir en ese momento.
 Otra anécdota que recuerdo se lleva a cabo en Costa Rica. Estaba con un español como entrenador. Impresionante lo que sabía, pero algo “loco”. Porque, en una oportunidad, estábamos en el entrenamiento pateando tiros libres, no la metíamos ni al arco iris y de pronto se escucha: “ustedes, tienen que sentir la pelota muchachos, por favor. Así no le hacemos un gol a nadie”. Instantes después, el DT, se saco los botines y las medias, acomodo la pelota y la clavo en el ángulo. No lo podíamos creer (se ríe).  Más tarde, nos hizo sacar a todos los botines y las medias para pegarle como lo hacía, que personaje.

 Foto : Pornsuda Sripukdee.

No hay comentarios:

Publicar un comentario